La familia Kern llegó a Nairobi al caer la noche, con la emoción palpable de quienes están a punto de embarcarse en una experiencia única. Tras un cálido recibimiento en el aeropuerto, se trasladaron al Wildebeest Eco Camp, donde pudieron descansar y prepararse para el comienzo de su safari por África Oriental.
El primer día los llevó al Parque Nacional de Nakuru, conocido por sus flamencos y rinocerontes. Allí, entre paisajes de ensueño y avistamientos de vida salvaje, la familia empezó a conectar con la inmensidad de la naturaleza africana. Al caer la tarde, se relajaron en el Pundamilias Nakuru Camp, rodeados por el encanto de la sabana.

El segundo destino fue el icónico Masai Mara, donde disfrutaron de dos días de emocionantes safaris. La primera tarde fue un adelanto de la abundancia que encontrarían en el parque: leones descansando a la sombra, cebras pastando tranquilamente y elefantes desplazándose en manada. Al día siguiente, pasaron todo el día explorando, acompañados por guías expertos que les ayudaron a entender las dinámicas de este ecosistema. Las noches en el Crocodile Camp fueron perfectas para compartir historias y dejarse envolver por los sonidos nocturnos de la sabana.

La travesía continuó hacia Serengeti, cruzando la frontera en Isebania. A pesar de ser un día de largo traslado, la familia disfrutó de un safari en tránsito al llegar, que les permitió descubrir la magia de este parque desde el primer momento. Los dos días siguientes en el Tukaone Serengeti Camp estuvieron llenos de momentos memorables, como la observación de una familia de guepardos y el espectáculo de miles de ñus avanzando en su eterna migración.

El viaje los llevó después al cráter de Ngorongoro, una de las maravillas naturales más impresionantes de Tanzania. Rodeados por paredes volcánicas, avistaron desde rinocerontes hasta flamencos, completando la experiencia con un almuerzo en plena naturaleza. Más tarde, se dirigieron a Karatu, donde descansaron en el acogedor Eileen’s Trees Inn.

El último día de safari tuvo lugar en el Parque Nacional de Tarangire, hogar de majestuosos baobabs y grandes manadas de elefantes. La familia Kern quedó fascinada por la calma del parque, antes de regresar a Arusha para cerrar su aventura en el Mvuli Hotel.
Cada etapa del viaje fue cuidadosamente diseñada para ofrecerles una experiencia personalizada, desde los alojamientos hasta los guías y conductores que les acompañaron. La familia Kern no solo vivió una aventura inolvidable, sino que también se llevó consigo un profundo respeto por la riqueza y la fragilidad de la naturaleza africana.