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Un cumpleaños, un nacimiento, un aniversario de boda, un premio, un reconocimiento laboral… hay miles de razones y motivos por los que regalar un ramo de rosas o una simple rosa.
De hecho, ni siquiera en muchas ocasiones existe un motivo concreto por el que regalar una rosa a una persona querida, simplemente te apetece y la regalas. En ese momento seguramente sólo pienses en la persona a la que se la vas regalar, en su cara al recibirla, en la ilusión que le va a hacer, la sorpresa que se va a llevar…
Pero… ¿Te has preguntado alguna vez sobre la procedencia de la rosa o las rosas que estás comprando? Seguramente que tu primer pensamiento te haya llevado o te lleve a suponer que esa rosa o esas rosas han sido cultivadas en un lugar cercano a la tienda donde la estás o las estás comprando. Pero… ¿Y si te decimos que puede que procedan de Kenia? Sí sí, de Kenia.
Actualmente el 38% de las flores que se venden en la Unión Europea, proceden de Kenia, de hecho es el tercer exportador mundial de flores cortadas, es decir una de cada tres flores cortadas que se compran en la Unión Europea, proceden de Kenia. Estados Unidos, Rusia y Japón también son países que se están sumando a la importación de estos productos.
Kenia es un país que cuenta con un clima soleado durante todo el año que permite que se puedan cultivar flores de muy buena calidad sin tener que producirlas necesariamente en invernadero, reduciendo costes de la gestión de mantenimiento de los mismos. Esto unido a que Kenia cuenta con excelentes conexiones de transporte a Europa, permite desplazar productos perecederos de forma muy rápida, para que lleguen lo antes posible a la persona consumidora final. De hecho el aeropuerto internacional de Nairobi, utiliza específicamente una terminal especial dedicada al transporte de flores y hortalizas.
Rosas y claveles centran la atención de la producción de flores en Kenia, pero lirios, anturios, liliums, nardos, orquídeas y otras muchas variedades las acompañan. Su producción geográficamente se concentra en la zona de Nairobi y Lago Naivasha
La industria de las flores en Kenia es la segunda fuente de ingresos del país y proporciona empleo directo para unas 90.000 personas, principalmente mujeres con escasos recursos y sin estudios y unos 2 millones de personas dependen de esta industria para su sustento.
Esta industria durante mucho tiempo se la ha vinculado a una reputación de malas condiciones de trabajo, con muy bajos salarios, con represión de sindicatos y personas viviendo hacinadas en condiciones poco dignas. Aunque todavía hay mucho trabajo por hacer, en los últimos años parece que las condiciones han ido mejorando gracias a la labor de diversas entidades y organismos sin ánimo de lucro.
Un ejemplo de ello es Fairtrade que trabaja con el objetivo de proteger y beneficiar a los trabajadores, certificando a empresas que garantizan unas condiciones dignas para las personas, cuidando aspectos económicos, ambientales y sociales.