Safari Kamba
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¿Os habéis planteado alguna vez abandonar el confort de la playita o el pueblo, para conocer mundo con vuestros hijos e hijas? ¿Os resulta complicado o impensable?
A continuación os dejamos una entrevista que hemos hecho a nuestros amigos de www.unmundopara3.com viajeros que lejos de dejar a sus hijos con sus abuelos o de olvidarse de conocer y vivir grandes experiencias, que sólo el viajar te ofrece, decidieron que al nacer su hijo, ya no serían dos, serían tres.
Dicho y hecho, no tuvieron dudas, esto es un mundo para tres.
Que se lean nuestro blog para empezar jejejeje. Ahora en serio, Si realmente les gusta viajar los niños no son un impedimento. Las trabas las ponemos los adultos y las excusas también. Viajar con niños no es más difícil ni peligroso, solo hay que saber que el viaje será algo más movidito.
Empecemos por describir nuestra forma de viajar que es un tanto diferente a la de la mayoría de familias, sobre todo en España. Hemos recorrido cuatro continentes de mochila y totalmente por libre, sin nada contratado desde que nuestro hijo nació y que además es celiaco desde los 20 meses.
Y dicho esto y sinceramente rara vez, fuera del continente europeo, nos hemos encontrado a familias españolas haciendo lo mismo que nosotros, las hay y las conocemos, pero no es lo habitual encontrarlas fuera de los lugares o circuitos turísticos. Pero si es cierto que cada vez hay muchas más familias que se lanzan a viajar, creo que la culpa de eso están en blogs como el nuestro y en las RRSS, las familias al ver que hay otras familias que hacen estos viajes, como que se animan a realizarlos, les pierden el respeto.
Siempre se olvida alguna cosilla, normalmente suele ser algo sin demasiada importancia y que se puede solucionar sobre la marcha. Además se aprende algo en cada viaje, aunque lleves toda la vida viajando, nunca se termina de ser perfecto.
Un remedio infalible contra los olvidos es hacer una lista e ir tachando a medida que se va preparando.
– Llevar siempre la cámara preparada.
– Probar la gastronomía típica.
– Movernos siempre mezclándonos con los lugareños.
– Convivir con las familias del lugar practicando “couchsurfing”
– Visitar los mercados locales.
– Y ya en nuestro últimos viajes es adentrarnos en los barrios donde vive la gente que habitan las ciudades, intentamos alojarnos en barrios, saliendo un poco del centro de las ciudades que suelen ser más turísticas.
El niño viaja con nosotros. Nunca hemos planeado un viaje en función del niño, con ello quiero decir que, no elegimos un destino en función de si está o no adaptado para niños, también es obvio que no vamos a ir a un destino en el que un niño no pueda ni remotamente sentirse adecuadamente. Nuestro hijo viaja con nosotros y si dentro del destino hay cosas que se adapten a un niño lo aprovechamos y hacemos que el niño se involucre en el viaje, pero nunca se plantea el destino pensando en ello.
Respondiendo a la segunda pregunta te diré que, para que todo viaje con hijos resulte un éxito la adaptación tiene que estar compensada, todos y cada uno de nosotros tiene necesidades diferentes que hay que saber respetar y aceptar y no solo me refiero para con los niños.
Si nos hubiéramos hecho tantas preguntas, probablemente nunca nos hubiéramos movido de casa, o por lo menos no hubiéramos recorrido medio mundo con él. En nuestro caso, cuando Álvaro era un bebé acudíamos al pediatra antes y después de cada viaje, se le pusieron las vacunas que el médico nos aconsejó en cada uno de los casos. En cuanto a la comida, lo mejor es acostumbrar a los niños a comer de todo y en nuestro caso, nos ayudamos de la mochila despensa con su comida “Sin Gluten” llena de pan, galletas, pasta y demás productos porque sabemos que no los vamos a encontrar dependiendo del país que visitemos.
Como todo en esta vida, “querer es poder” lo bueno de ser celiaco es que puedes comer de todo mientras no contenga harinas, eso quiere decir que enseñando a tu hijo a comer de todo lo que sea sano y natural como pescado, carne, pollo, verduras, frutas y legumbres, el resto es fácil, y con la mochila despensa como te comentaba antes, solo queda comerse el mundo!.
Exceptuando los países de alto riesgo de enfermedades contagiosas y/o problemas políticos, bélicos etc. no en especial, cada niño es un mundo, no todos los niños están criados igual, o tienen la misma fortaleza física o el mismo aguante.
Creo que los propios padres somos los que debemos de ponernos los límites a la hora de viajar con nuestros hijos, porque nadie mejor que nosotros sabemos hasta donde podemos llegar con ellos.
Lo que más, la satisfacción de oír hablar a este jovencito sobre sus propias experiencias viajeras por el mundo. Los ojos de un niño ven las cosas de manera diferente a los de un adulto. Un niño no entiende de razas, religiones o cuestiones políticas, un niño simplemente viaja, disfruta y comparte con los que se le cruzan en el camino juegos, sonrisas y experiencias.
Un niño viajero te puede enseñar más cosas que cualquier guía de viajes.
En nuestro caso que en el 95% de los viajes siempre vamos los tres, creo que la única diferencia entre viajar con él o sin él es la intensidad con la que afrontas el día a día y la opción de visitar unas cosas u otras. De resto, si acostumbras a viajar a tu hijo desde bebé, crecerá acostumbrado a largas horas de tren, bus, avión etc. Estará acostumbrado a caminar durante horas sin quejarse, estará acostumbrado a comer lo que le pongan porque para él será lo normal.
Una diferencia seguro es que por norma general los lugareños siempre intentan satisfacer y ayudar más a una familia que a una pareja, creo que al ser menos viajando en familia les llaman mas la atención. Nos han parado por las calles de Malatya en el Kurdistan turco para invitarnos a comer a sus casas. En Fez y Meknes en Marruecos nos ocurrió lo mismo, terminamos comiendo en casa de esta gente y pasando unas maravillosas experiencias.
En Turquía en un bus con overbooking por viajar con un niño pequeño nos dieron la plaza dejando fuera a otra gente.
Estas y otras muchas anécdotas más son un ejemplo de las diferencias que podremos encontrar.
Que gracias a ellos he conocido mundo y he podido disfrutar de lugares y experiencias que si me hubieran dejado en casa con mis abuelos nunca hubiera podido vivir.
Mis amigos están acostumbrados a mis frecuentes y largos viajes y a parte de un par de ellos que si me preguntan a la vuelta y entonces les cuento, siento que a los demás les importa bastante poco lo que haga o deje de hacer en mis viajes. La mayoría de mis amigos no suelen viajar, así que tampoco creo que les llame demasiado la atención saber de mi vida viajera.
Montse: Cada comienzo de un nuevo viaje, ese día, el día de la partida es mágico!.
Octavio: Nuestro primer viaje los tres juntos, esas 17 horas de tren cruzando de Coruña a Barcelona nunca se me olvidará.
Álvaro: Cuando me puse a firmar autógrafos en las camisetas y libretas a un grupo de escolares en plena Ciudad Prohibida de Beijing, fue alucinante!!
Mostrarles el mundo a vuestros hijos, es la mejor herencia que les podéis dejar y vivirlo con ellos, vuestra mejor experiencia. Dejad los miedos en el armario y no hagáis caso a los que os digan que estáis locos por viajar con ellos, los locos son ellos que no saben lo que se están perdiendo. Empezad por destinos que os den seguridad y confianza y poco a poco y sin daros cuenta estaréis recorriendo el mundo con vuestros peques.
“Viajar con niños”, este es el título del manual de “La Editorial Viajera” en el que, junto a otros padres viajeros y bloggers, hemos escrito para ayudar a otras familias a emprender este bonito arte que es el de de viajar juntos.
Lo podéis adquirir directamente entrando en nuestro blog www.unmundopara3.com, os lo enviaremos a casa en poquitos días. O también lo podéis encontrar en las librerías más importantes de casi todas las ciudades de España, incluidas las islas Canarias.
Ánimo papás, meted a vuestros peques en la mochila y a disfrutar viajando en familia!