Safari Kamba
Desde 1.710$ por persona
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Somos Fran y Virginia, travel bloggers -escribimos el blog 365 Sábados Viajando– travel lovers y amantes de África. Siempre contamos lo mismo, que África enamora, que en África uno se siente en casa, y es la pura verdad! Nuestros viajes comenzaron desde que fuimos capaces de soñar, un día llegamos a soñar tanto que nos atrevimos a conocernos un poco mejor a través del mundo, y por eso nos marchamos durante un año a descubrirlo, a vivirlo y a soñarlo de nuevo.
Hoy os queremos hacer sentir la pasión que a nosotros nos desató este vasto continente, os queremos trasladar una pequeña idea de cómo es África y, sobretodo de qué se siente en un safari, porque ésta es una de las experiencias más increíbles que uno puede vivir. Durante nuestro periplo no pudo faltar el continente africano, al que ya habíamos viajado en otras tres ocasiones, en nuestro gran viaje recorrimos la parte sur del continente. Sin embargo, fue en Tanzania y en Kenya donde la experiencia del safari fue más intensa.
Somos tan afortunados que contamos con más de 20 safaris a nuestras espaldas, en Uganda, en Zimbabwe, en Sudáfrica, en Botswana, Namibia y, por supuesto Kenya y Tanzania. Y os podemos asegurar que nunca hemos visto tantos animales como en los dos últimos, y concretamente en Serengeti y Masai Mara. No somos expertos en animales, ni en geografía ni en medio ambiente, solo nos declaramos expertos en disfrutar de la naturaleza, así que no sabemos el motivo de porqué se congrega tanta vida salvaje en estos dos gigantescos parques nacionales, lo que sí sabemos es que en ningún otro safari hemos tenido tanta suerte en cuanto a avistamientos se refiere.
En estos dos parques nacionales es donde avistamos todos los grandes felinos, desde el guepardo hasta el león, y donde fuimos testigos de escenas tan tiernas como de un cachorro de león recién nacido siendo amamantado por su madre, o tan impactantes como ver a una manada de más de 10 leones tomando el sol plácidamente sobre unas rocas; tan estremecedoras como observar a un leopardo cojeando debido a alguna pelea territorial, o cacerías en las que tu corazón desbocado lucha por no darle indicaciones a esa madre y bebé búfalos que están rodeados por una manada de leonas; escenas también ardientes de una pareja de leones intentado crear vida, y muchos momentos más.
Todas estas escenas son como observar la vida misma, te emocionas y te vinculas tanto con estos animales que disfrutas plenamente tu viaje, ese safari que no te limita solo a ser un espectador sino a crear tu propia historia, en esos momentos de silencio en los que todo el mundo está emocionado, con sus binoculares buscando un par de ojos a los que aferrarse, esos ojos que te mirarán fijamente y que te transmitirán tanto que no serás capaz de olvidarlo jamás. Yo soy plenamente consciente, por ejemplo, del día que miré por primera vez a un león en libertad, recuerdo hasta el olor de la brisa, la temperatura del ambiente, y el propio reconocimiento de fragilidad que sentí ante ese increíble animal, aunque estás totalmente seguro ese sentimiento de mortalidad se apodera de ti de un modo irracional, pero no es algo por lo que sentir miedo, es una especie de epifanía.
Nuestro primer contacto con África fue en 2008 cuando viajamos a Uganda, Tanzania y Zanzibar. Y éste fue el mejor viaje que nunca hemos realizado a África. Sensaciones a flor de piel, no sólo por la naturaleza envolvente sino también por la gente, por los niños y sus miradas. Viajar aquí es viajar a otro mundo, uno en el que te preguntas muchas cosas, en el que reflexionas y donde eres conocedor por primera vez en tu vida de tu existencia, y de lo afortunado que eres aunque no tengas nada. Por lo menos eres dueño de tu destino, y eso no lo puede decir todo el mundo.
La experienca de un safari es algo que uno tiene que vivir, os podemos relatar nuestras historias y sensaciones, pero no podrás saber cómo será tu visión hasta que no la hayas experimentado. Seas tierno, seas duro, seas frágil o fuerte, seas amante de los animales o simplemente amigo, seas emotivo o racional, seas como fueres, ante un safari todos actuamos de igual modo, los binoculares se convierten en nuestro mejor amigo y el silencio en el mejor aliado, un silencio que llena el ambiente con tus emociones.