Safari Kamba
Desde 1.710$ por persona
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Lo que años atrás se vaticinaba, ya es un hecho, cada vez somos más los viajeros que optamos por viajar de forma más responsable y sostenible.
Hace unos años la falta de información, la falta de medios y de recursos propios hacía muy difícil poder viajar fuera de lo establecido, de lo organizado, fuera de las rutas turísticas marcadas por las grandes empresas turísticas. Siempre ha habido robinsones personas con un espíritu libre, que se atrevían a romper las reglas y viajar en libertad, de crearse su propio viaje, pero la verdad, eran los pocos.
Hoy en día todo eso es diferente, todos disponemos en mayor o menor medida de recursos a nuestro alcance, información y medios con los que poder preparar nuestro viaje, con nombre y apellidos, lejos de los paquetes turísticos estándares.
Esta capacidad de planificar nuestro viaje acorde a nuestras necesidades, capacidades económicas e intereses hace que cada vez se viaje más, de hecho, cada vez viajamos más al extranjero y de muy diversas formas. Desde quien busca la facilidad de algo todo organizado, hasta quien sale en busca de un viaje en el que la interacción con el destino sea máxima como es el caso de del «couchsurfing», donde los viajeros se hospedan en casas de personas locales, que no buscan más que conocer a personas de otros rincones del planeta.
Ya no pagamos por algo hecho, ahora nos lo hacemos nosotros, el itinerario, los transportes, los alojamientos, todo está a nuestro alcance y es en este momento cuando vamos más allá, ahora queremos que este viaje que nos aporta tanto bienestar, tanto placer, tantas experiencias, no sólo no repercuta allá donde vamos, sino que además, aporte algo positivo.
Nos sentimos mineros, vamos a África viajamos, conocemos sus maravillosos parques, su naturaleza, la calidez de sus gentes, sus sonrisas y nos llevamos a casa la mejor de las joyas, ni oro ni brillantes, sino la felicidad de haber vivido una experiencia única. De alguna manera, extraemos y nos llevamos de vuelta a casa una de nuestras mayores experiencias, seguramente incluso vitales, pero ¿y allí? ¿dejamos algo a cambio? disfrutamos de sus tierras y de su generosidad y cercanía, pero nosotros nos vamos, ¿y qué les dejamos?
Cada vez somos más los viajeros que nos preocupamos por viajar de la forma más responsable posible, siendo conscientes de las necesidades y dificultades de aquellos lugares que visitamos, cada vez nos informamos más antes de emprender un viaje, consiguiendo una mayor amplitud de miras.
Hace unos años no me imaginaba que el hecho de pasear sobe un elefante en Tailandia, un camello en Túnez, o un burro en Santorini tuviera alguna repercusión sobre el bienestar de los animales, lo veía con normalidad. Poderte fotografiar con tigres en Chiang Mai (Tailandia), con Koalas en Magentic Island (Australia), osos en Rumanía, lo veía con naturalidad, sin ver más allá de todo lo que ello genera, ¿cómo viven esos animales cuyo único fin es una actividad lucrativa? ¿qué mercado de tráfico de animales e incluso de caza furtiva conlleva todo ello asociado?
Todas estas cuestiones no surgen de la noche a la mañana por generación espontánea, te lo da el viajar, el leer el escuchar. Hay mucho que agradecer a diversos movimientos sociales de protección de la fauna y ONGs que trabajan por la concienciación e información de los viajeros, aquí nuestro reconocimiento para ellos. Muchas gracias por vuestro trabajo!!
Queremos hacer una especial mención a FAADA Turismo Responsable con los animales.
Pero nuestra responsabilidad no debe ser sólo para con los animales, tenemos que tratar de aportar nuestro granito de arena también en el bienestar de las personas allá donde vamos, de contribuir de alguna manera a su bienestar social y a su desarrollo.
La tribu Padaung en Tailandia (mujeres jirafa), donde muchas mujeres son tratadas como reclamo del sector turístico, obligándoles a llevar los aros en el cuello a pesar de que esta costumbre está en desuso, las niñas y niños que salen a nuestro paso en los templos de Camboya con infinidad de artículos para la venta, los chicos masais que prefieren pedir limosna en las carreteras de Ngorongoro en lugar de ir al colegio, existen infinidad de ejemplos en los que nosotros como viajeros intervenimos. Ir a visitar a la mujeres jirafa, comprar una flor a una niña en el templo de Angkor o dar un dolar a un chico masai, no es contribuir a su bienestar, no es cubrir sus necesidades, es pan para hoy y hambre para mañana.
Es muy importante leer, informarse, existen infinidad de blogs de viajes donde poder recopilar información, que nos permita abrir la mente y ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos.
En la medida de lo posible trataremos de contribuir positivamente en el bienestar de la población local, podemos leer sobre proyectos de desarrollo llevados a cabo por ONGs en los lugares que vamos a visitar, escuelas y centros donde poder aportar nuestra gota de agua, con una colaboración activa a modo de voluntariado o haciendo entrega de material didáctico, escolar o aquellos que consideremos puede ser de ayuda.
¡Ojo hay que tener cuidado con la visitas a orfanatos! No se puede generalizar, ni mucho menos, pero debemos saber que existen orfanatos donde su prioridad no es ayudar a la infancia, los fines económicos, una vez más, mueve este negocio en el que las víctimas son los niños y las niñas. Conductores que reciben su dinero por llevar a los turistas al orfanato a cambio de que los ingenuos viajeros hagan una donación en metálico o entregando material, con la convicción de que están ayudando a esos niños y niñas que les salen a su paso y se dejan fotografiar con una gran sonrisa, cuando realmente estamos contribuyendo a un negocio de poca ayuda para la infancia.
Del mismo modo cuando viajamos, si tenemos que acudir a una agencia que nos ayude en la planificación de nuestro viaje, nos inclinamos por una agencia local, de forma que nuestro dinero llegue directamente a sus manos. Consideramos importante que la agencia local no sólo esté ubicada en el país de destino, sino que sean los locales los propietarios y gestores de su agencia, de su negocio, de forma que nos aseguremos que el dinero efectivamente repercute en la población local y no en bolsillos ajenos.