Memorias de Tanzania, por Jon y Raquel - Udare

Acabamos de volver de nuestra estancia en Tanzania. Era un viaje que nunca nos habíamos planteado y la verdad que hemos vuelto encantados, una experiencia inolvidable.

Jon y Raquel en Ngorongoro. Por Raquel

Nuestro itinerario fue el siguiente:

Arusha (2 noches) – Tarangire (noche en Karatu) – Ngorongoro – Serengueti (2 noches) – Mto Wa Mbu (noche en Karatu) – Cascada de Elkidinga (noche en Arusha)

Llegamos a Arusha un 26 de junio de madrugada con un frio que nos sorprendió. Tras unas pocas horas de sueño, a la mañana llegó el momento de conocer a nuestra guía Colleta, que fue una estupenda anfitriona mostrándonos la vida local de Arusha. Visitamos un par de mercados locales, nos montamos en el transporte público (dala-dala) y probamos la comida local.

Paso de cebra en Ngorongoro. Por Raquel

Comenzamos el día siguiente temprano nuestra aventura hacia el parque de Tarangire. A la hora acordada el día anterior, Bruno (nuestro conductor) acompañado de Colleta nos recogieron en el hotel. Nunca olvidaremos las primeras cebras que nos recibieron nada más llegar al parque. Aun siendo el parque más pequeño que íbamos a visitar, lo recordamos con un cariño especial, ya que vimos jirafas, elefantes, cebras, ñus, monos, gacelas, diferentes especies de aves y esto no hizo más que engancharnos y querer ver aún más los siguientes días.

Foto de equipo con Buno y Colleta. Por Raquel

Al siguiente día pusimos rumbo a la caldera del Ngorongoro. Un lugar impactante desde el principio, empezando desde el trayecto hasta llegar a la entrada (digna de Jurasic Park), continuando por la subida por el cráter con niebla, parando en el mirador para contemplar la inmensidad del cráter y terminando con el safari en el interior del mismo. Ampliamos nuestro álbum de recuerdos viendo búfalos, leones, elefantes, hipopótamos, avestruces, hienas, facóqueros, flamencos, un rinoceronte a la lejanía gracias a la vista de nuestra gran guía Colleta y unos de los animales que más curiosidad nos despertaba, el escurridizo serval. Con pena, después de comer pusimos rumbo a Serengueti, un trayecto que no deja indiferente a nadie (los baches serían nuestros compañeros de viaje durante los siguientes días).

Atardece en Serengeti. Por Raquel

Nada más entrar en el parque de Serengueti, entendimos su significado (llanura sin fin). Nuestra estancia allí dio para mucho. Coincidimos con parte de la gran migración de ñus, tanto de día como de noche en el campamento (una experiencia inolvidable), vimos animales que nos faltaban como el guepardo y el leopardo y disfrutamos viendo el resto de los animales con más calma.

Paseando por Mto wa Mbu. Por Raquel

Nos decantamos por la opción de la jornada cultural y conocimos Mto Wa Mbu de la mano de un guía local, (mercados, artesanía, arrozales, vida y comida locales) una experiencia que recomendamos tras los intensos días de safari.

Sin darnos cuenta, ya estábamos en lo que sería nuestro último día en Tanzania. Tocaba visitar la cascada de Elkidinga. Comenzamos andando desde el hotel situado a las afueras de Arusha, una caminata muy agradable hasta llegar a la bajada a la cascada. Aquí depende lo que haya llovido, hay que extremar la precaución.

Jon en Elkidinga. Por Raquel

No queremos terminar este diario sin una especial mención a nuestra guía Colleta y a nuestro conductor Bruno. Sin ellos el viaje no hubiera sido lo mismo. Nos hicieron sentir como en casa y consiguieron que disfrutáramos en todo momento.

Jon, Bruno, Colleta y Raquel