Safari Kamba
Desde 1.710$ por persona
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Si viajas a Tanzania y haces una parada en el PN de Tarangire, podrás contemplar con facilidad estos majestuosos árboles, puesto que son parte de su sello de identidad.
No sólo en Tarangire se pueden observar, pero sí es uno de los lugares donde mayor concentración de los mismos se ofrece.
Pertenece al género Adansonia en reconocimiento al botánico y naturalista Michel Adanson quien describió por primera vez, lo que comúnmente se conoce como baobab.
Existen 9 especies de baobabs, de las cuales 6 crecen en Madagascar, 1 en África continental, otra en el continente australiano y recientemente en 2012 fue descrita una nueva especie distribuida en África meridional y oriental.
La especie que nos encontraremos en nuestro viaje será la Adansonia Digitalis.
Con una altura máxima de 30 metros y diámetro de tronco de hasta 11 metros destaca en el paisaje de la sabana.
Es difícil estimar la edad de los baobabs, puesto que los anillos de crecimiento son muy tenues y pueden desaparecer conforme el árbol envejece.
En la madurez los baobabs pueden ahuecarse acumulando gran cantidad de agua en su interior. Unos de los grandes beneficiarios de esta particularidad son los elefantes, que se aprovechan de esta fuente de agua durante la estación seca.
Es habitual ver baobabs con la corteza dañada por los elefantes en busca del agua y humedad interior, así como para alimentarse de su suave madera.
Del baobab se aprovechan las hojas, corteza, raíces, semillas y frutos:
La fruta, una baya seca con forma alargada, con una cáscara aterciopelada y un peso de 1,5 kilogramos es consumida por la población local.
Con un sabor entre agrio y ácido, resulta un producto no muy agradable para el consumo de los viajeros visitantes.
Su elevado contenido en vitamina C, tiamina y fibra dietética, lo convierte en una fuente medicinal para la población local, además de sus propiedades antifebriles, antihemorrágicas, antiinflamatorias y cicatrizantes.