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Puede que al oír hablar de la costa de Kenia, lo primero que se te venga a la cabeza sean, imágenes de playas de arena blanca y palmeras. Pero la costa keniata ofrece además de playas paradisíacas, algunas joyas históricas y arqueológicas como, las Ruinas de Gede.
Ubicadas a en el distrito de Kilifi, se encuentran a unos 7 kilómetros de Watamu, a unos 16 kilómetros de Malindi y a unos 90 kilómetros del norte de Mombasa. De hecho desde Watamu se pueden visitar en bayayi (conocido como tuc-tuc en Asia) y son una sorpresa que enriquecen y complementan los días de descanso en la playa.
Las Ruinas de Gede son el principal yacimiento arquitectónico en la costa de Kenia, tanto por su ambiente enigmático al estar oculto en el bosque Arabuko-Sokoke, como por su arquitectura swahili tan bien conservada, a pesar del paso de tiempo.
Como tal, ha sido uno de los más investigados, aunque existen otros muchos asentamientos más pequeños o no tan bien conservados, a lo largo de toda la costa keniata.
Y no sólo en la costa keniata, también en la costa tanzana, en la que también destacan, por ejemplo, las ruinas de Kaole, en Bagamoyo.
Estas ruinas se descubrieron por primera vez en 1884 por los colonos ingleses, pero pasaron desapercibidas hasta 1920 que fueron redescubiertas cuando llamaron la atención del gobierno británico.
Para quienes no pasaron, ni actualmente pasan desapercibidas son para los Giriama, una de las tribus Mijikenda. Esta comunidad local que vive próxima a estas ruinas, considera este lugar sagrado y creen que están protegidas por los espíritus de sus sacerdotes que maldicen a cualquiera que dañe el sitio.
Fue en 1940, cuando se comenzaron las excavaciones hasta convertirse en uno de los asentamientos más intensamente investigados. Las excavaciones se llevaron a cabo de manera intermitente hasta la década de 1980. Se excavaron edificios del centro de la ciudad, casas, el palacio… y la Gran Mezquita que permitió editar varias monografías y documentos específicos al respecto.
Paralelamente a estas excavaciones en Gede, se realizaron otras en lugares similares y encontraron más de treinta ruinas aisladas, llegándose a concluir que podían ser asentamientos o viviendas aisladas. Las que se realizaron en Ungwana, en la desembocadura del río Tana, también adquirieron una gran importancia aunque Gede, tenía uno de los centros urbanos más densamente poblados.
Parece que el asentamiento de Gede se inició en el siglo XI, mucho después de los primeros asentamientos en la costa swahili con la intensificación del comercio hacia el siglo VI, según las inscripciones grabadas en árabe en alguna losa.
Se cree que el comercio fue el principal motivo de su fundación y posterior desarrollo. Se estima que en su máximo apogeo, la población asentada en este lugar, era de unos 2.500 habitantes.
Parece que es en el siglo XVI, cuando la presencia de la colonia portuguesa y su intervención armada, y adicionalmente las migraciones y el ataque de los Galla desde Somalia, causaron el abandono de la población de Gede y otras zonas costeras al norte de Mombasa.
La antigua ciudad de Gede estaba dividida en dos partes por paredes internas y externas.
Dentro de la pared interna se conformaba el núcleo urbano, donde convivían un palacio, varias mezquitas, varias casas y tumbas, albergando los edificios más importantes.
La estructura de este asentamiento parece estar muy bien organizada, con calles claramente establecidas y con sumideros para recoger aguas fluviales, Incluso se identifican baños en edificios principales.
Los únicos edificios que han sobrevivido al paso del tiempo, han sido los construidos con piedras de coral del océano índico, material empleado en estructuras y residencias de élite. Por contra, las que se construyeron de forma más humilde con barro y techos de paja, no corrieron la misma suerte y, no se han conservado.
El muro exterior parece que se construyó el en siglo XV y el interior en el XVI con la llegada de los portugueses. Sin embargo esto no está tan claro, ya que su practicidad como fortificación defensiva no parece tal, y cobra más fuerza, el que se levantaran para crear y mantener barreras sociales.
Las mezquitas en Gede no contaban con minaretes, elemento que suele ser habitual y se utiliza para llamar a la oración. Dentro, disponían de una sala central y varias antesalas. En la parte exterior contaban con un pozo e instalaciones de lavado, para realizar la limpieza antes del culto.
Otras estructuras que se mantienen en Gede son las tumbas, rematadas con un pilar o columna, siendo parte de un estilo arquitectónico de los asentamientos medievales en la costa swahili.
Una de ellas destaca sobre el resto, la conocida como «tumba fechada», con una inscripción en árabe con la fecha A.H. 802.
La mayoría de la población en Gede vivía en casas de barro y paja a las afueras de la ciudad. Los edificios que perduran se encuentran ubicados en el muro interior y representan las condiciones de vida de las personas de la alta sociedad de Gede.
Las casas tenían diferentes tamaños. La básica solía disponer de tres habitaciones, una sala principal, dos cuartos de almacenamiento y un dormitorio en la parte trasera. Los baños solían estar ubicados en la parte posterior de la sala principal y algunas también contaban con un pozo en la parte exterior. El diseño intentaba maximizar el espacio disponible.
Una importante construcción que se conserva es, el palacio, que data del siglo XV y sus 900 metros cuadrados, fueron utilizados por tres generaciones de sultanes. Contaba con un gran patio y un anexo que daba cabida a las numerosas esposas de los sultanes, y su puerta de acceso, aún se mantiene en pie.
Durante las excavaciones también se han encontrado otros materiales como cerámicas, cuentas o monedas.
Se ha rescatado cerámica de diversa tipología y estilos, como porcelana china, cerámica esmaltada islámica y la producida localmente con barro.
También se han localizado cuentas, como por ejemplo, cilindros rojos, azules, verdes y amarillos hechos de vidrio de caña, esferas de vidrio prensado de colores rojo, negro y amarillo, cuentas biconicales y lenticulares de vidrio enrollado de colores negras, rojas, verdes amarillas y azules.
Las conchas de cauri parece que pudieron ser la moneda principal el Gede. Se han recuperado varios ejemplares en los almacenes de las casas. Muchas están golpeadas, algunas son de origen chino y se estima que el tipo de cambio de una concha de cauri al dinar de oro es de 400.000 a 1.
Desde 1969 la administración de Gede pertenece a los Museos Nacionales de Kenia, y más concretamente al Departamento de Arqueología Costera.
La Unión Europea ayudó con financiación para la construcción de un museo sobre la cultura swahili, que se puso en marcha en el año 2000.
La visita a estas ruinas se puede realizar diariamente desde las 7 am a las 6 pm y cuesta 500 chelines kenianos, unos 5$ (tarifas del año 2019).
Durante la misma un guía local te acompaña, facilitando explicaciones detalladas sobre el yacimiento. Se finaliza con una visita al museo, que recorre la cultura swahili, en el que se pueden encontrar reproducciones de habitaciones, maquetas de barcos, e incluso hallazgos encontrados como cerámicas y otros objetos y materiales.
En la entrada existe un cartel informativo con indicaciones a tener en cuenta, para no dañar este escenario histórico y así, ayudar a «guardar el pasado para el futuro». Entre las indicaciones explican y recuerdan…
Como siempre, recomendamos viajar de una manera responsable y sostenible, por lo que es muy importante cumplir con todos los consejos y orientaciones de la población local.
Las Ruinas de Gede son un yacimiento arqueológico muy importante que ayuda a conocer la cultura swahili. Así que si visitas la costa keniata y quieres conocer más a fondo su historia y su cultura, esta visita puede ser una muy buena opción.