Safari Kamba
Desde 1.710$ por persona
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Durante nuestra visita a Zanzibar, entre ola y ola, arrecifes, peces, especias y un baño en la piscina, hay una visita que recomendamos hacer.
Dedicar unas horas a la ciudad de piedra, Stone Town, ciudad principal de Zanzibar.
Pero ¿por dónde empezar?
Os facilitamos nuestro listado de 9 cosas que hacer en Stone Town:
Con un mapa en mano en la recámara, uno de los mayores entretenimientos es pasear por las estrechas callejuelas del casco antiguo, e inevitablemente, perderse en ellas.
Nuestro consejo es que aprovechemos las sombras que nos ofrece el entresijo de calles y callejones, para evitar la exposición al sol durante las horas más calurosas.
Según lo pausados y entretenidos que vayamos, podemos dedicar 2 horas tranquilamente a recorrer, andar y desandar, decir «por aquí ya hemos pasado» o «no sé dónde estamos», hasta que saquemos nuestro mapa y nos ubiquemos de nuevo.
Como si de un laberinto se tratara, avanzamos, mientras vendedores ambulantes nos ofrecen fruta fresca, zumo de caña de azúcar, pinturas masais, artesanía, masajes en centros de spa, etc. pero no sólo podemos caer en la tentación de los embaucadores vendedores zanzibaríes, también podremos disfrutar de imágenes y experiencias para el recuerdo.
Las puertas de madera talladas de Zanzibar, son sin duda un orgullo nacional, según su antigüedad serán de origen árabe o indio, seguro que no pasan desapercibidas durante vuestro paseo.
Paseando con tranquilidad, relajadamente y regalando una sonrisa a todos aquellos vendedores que nos gritan «mirar es gratis», podremos disfrutar de un momento muy agradable, donde nos sentiremos inmersos en la cultura swahili, con una calle llena de vida y colores.
Somos de los que opinan que si queremos conocer de verdad un lugar, tenemos que visitar sus mercados.
Darajani con sus puestos de especias, verduras, frutas, carnes y pescados forma un entramado de colores y olores, que seguro no deja indiferente a nadie.
Nuestra recomendación, dado que es un mercado cubierto, visitarlo en las horas de calor, evitaremos así estar al descubierto cuando hace un sol de justicia.
El tiempo necesario para su visita puede ser aproximadamente 30 minutos.
Cuesta imaginar con la alegría, color y vitalidad que desprende esta ciudad, que tiempo atrás fuera un lugar gris, triste, doloroso, donde se reflejaba la mayor miseria humana.
Centro neurálgico de la compra venta de esclavos del África Oriental.
Una historia no tan lejana, que en la actualidad sigue estando presente en nuestra cara oculta de la sociedad.
Un paseo por la catedral anglicana y las celdas donde se mantenían a los esclavos hasta su venta, será sin duda unos de los momentos más emotivos de nuestro viaje.
1 hora podrá ser el tiempo necesario para esta visita
Si queréis encontraréis más información en este artículo, Mercado de esclavos de Zanzibar.
Si queréis evitar los clásicos restaurantes turísticos, donde podréis comer lo mismo que en vuestros lugares de residencia, os invitamos a probar la gastronomía local.
Entre nuestros restaurantes favoritos, hay uno que destaca por encima de los demás, Lukmaan.
Comida local clásica como chapatis, ugali, sambusa o naan, arroces acompañados de cualquier tipo de guarnición, brochetas, carnes y hasta pasta, seguramente encontremos comida para todos los gustos.
Por favor no perdáis la oportunidad de probar alguno de sus batidos y zumos. El batido helado de aguacate y lima resulta de lo más refrescante.
No es ni por sus jardines, ni por sus terrazas, tampoco las vistas al mar, nada de eso. Lo que nos atrae de este lugar es la posibilidad de poder disfrutar de comida típica zanzibarí y por extensión tanzana, donde tanto los foráneos, como los locales comparten espacio.
Ya depende de cada uno y una, pero entre 15 minutos y 1 hora se puede estar tranquilamente, además sus ventiladores generan una atmósfera de la que cuesta escapar.
Construido por los omaníes en el año 1700 como defensa frente a los portugueses, es un bastión que actualmente ayuda a muchos visitantes a encontrar un punto de referencia en la ciudad.
Sus muros albergan hoy en día un mercado de artesanía local y las oficinas del Festival Internacional de Cine de Zanzibar.
En la actualidad salvo el tiempo que se dedique al mercado de artesanía o a tomar un refrigerio en los bares que hay junto al anfiteatro, su visita puede ser muy breve, 15 minutos puede ser suficiente.
En Stone Town hay varios hoteles y restaurantes que en la azotea tienen una terraza donde poder tomar un refresco y disfrutar de una panorámica de la ciudad.
Un momento de relajo, para descansar de una calurosa jornada y disfrutar de las vistas desde estas terrazas es un momento al que merece dedicarle media hora.
En nuestro caso estuvimos en Jafferji House & Spa, donde nos sorprendió las diferentes estancias que alberga hasta alcanzar la terraza, desde donde pudimos contemplar una panorámica de 360º.
Stone Town nos ofrece una magnífica oportunidad de poder beneficiar con nuestras compras, a pequeñas cooperativas de desarrollo local.
Bien sean cooperativas de mujeres, o de jóvenes que buscan sus primeras oportunidades, lo cierto es que en Stone Town nos podemos encontrar con varias tiendas y talleres, donde poder comprar algún recuerdo y saber que nuestro dinero, está contribuyendo a empoderar a colectivos más sensibles y vulnerables.
Entre las tiendas que más nos han interesado por sus proyectos, destacamos las siguientes:
Proyecto de empoderamiento de la mujer centrado en la educación y la formación, orientado a ofrecer unos recursos que les faciliten la inserción laboral y poder contribuir con la economía familiar.
Desarrollo local y sostenibilidad ambiental van de la mano en este proyecto.
Como ellos nos indican, en lugar de comprar souvenirs fabricados en terceros países ¿Por qué no comprar recuerdos locales, diseñados y elaborados por artistas locales, a partir de productos desechados? Reciclaje y arte, una vez más van de la mano.
Jabones, mermeladas, cestas, ropas y sombreros, productos de lo más variados fabricados por cooperativas de mujeres. Difícil irse con las manos vacías.
Junto a los jardines de Forodhani, nos encontramos unas pequeñas extensiones de playas muy frecuentadas por la población local, principalmente jóvenes que vienen a bañarse o a jugar al fútbol, en esas horas del día en el que el sol se va debilitando.
Tras el asfixiante calor de toda la jornada, cuando el sol desciende, parece ser celebrado por los más jóvenes que se reúnen en las playas y en la zona del puerto, para disfrutar como si no hubiera un mañana.
A estas horas del día o casi de la noche, no sé si a cenar, pero sí a dejarnos sorprender, por alguno de los sabores que se pueden degustar en los puestos de comida de los jardines de Forodhani.
Buen ambiente el que se respira en esta zona, siempre estamos los curiosos para caer en las tentaciones…