Patricia y Liliana de safari. Por Patricia
Patricia y Liliana de safari. Por Patricia

Año nuevo...safari por Tanzania - Udare

Desde Argentina, aprovechando sus vacaciones de verano, Patricia y Michelle volaron a Kilimanjaro, para empezar el año, de la mejor manera.

Del 05 de enero al 11 de enero, 7 días de experiencias, momentos y recuerdos únicos.

Llegando temprano, el primer día fue de descanso en Arusha, el alojamiento Mvuli, a las afueras de la ciudad, ofrece un ambiente relajado, lejos del bullicio urbano y en zona natural, compartiendo espacio con los vervet monkeys que juegan en las copas de los árboles.

Tras un día de descanso, comenzaron 5 días de safari, visitando Tarangire, Ngorongoro y Serengeti.

Tarangire como primer contacto, elefantes y baobabs son su seña de identidad, pero su gran variedad y cantidad de fauna, hace de este primer día, un día fascinante.

Disfrutando del safari. Por Patricia

Disfrutando del safari. Por Patricia

Tras el safari, nos acercamos a Karatu para pasar la noche. Un pueblo a escasos 30 minutos de nuestra siguiente parada, Ngorongoro.

En este caso, nos alojamos en Eileens Trees Inn, agradable alojamiento y habitual parada en nuestros circuitos.

Despertamos el 07 de enero y ahora sí, directos al cráter de Ngorongoro.

Safari en Ngorongoro. Por Patricia

Safari en Ngorongoro. Por Patricia

Disfrutando la gran cantidad de fauna y la elevada concentración de depredadores, se nos va la mañana. A la tarde, tras la comida en Ngorongoro, continuamos para pasar la noche en Serengeti, en el campamento Serengeti Tanzania Bush Camp.

La noche en Serengeti, es en sí una experiencia, posiblemente de las más emocionantes. Dormir en mitad de la sabana, con los sonidos de los merodeadores, hace que sea una de los momentos, que más nos impactan.

Y al levantar, ante nosotros…la gran sabana, la llanura sin fin…

Patricia, Lázaro y Liliana, por Bruno

Patricia, Lázaro y Michelle, por Bruno

Disfrutando de safari. Por Patricia

Disfrutando de safari. Por Patricia

El escurridizo leopardo, en lo alto de la acacia. Por Patricia

El escurridizo leopardo, en lo alto de la acacia. Por Patricia

Y no podemos olvidar a los compañeros de fatiga, Bruno al volante y Lázaro como guía de habla hispana.

Foto de equipo. Por Lázaro

Foto de equipo. Por Lázaro

Y así como llegó el primer día, el tiempo transcurrió, y el viaje llegó a su fin, eso sí, físicamente, porque la experiencia, los recuerdos y la parte emocional, nos acompañarán para siempre.

Madre e hija compartiendo un sueño.

Muchas gracias amigas, por compartir con nosotros vuestros momentos y vuestros recuerdos.

Gracias por vuestra confianza.

Asante sana