Suso y Anabel en la puerta de Serengeti. Por Suso y Anabel
Suso y Anabel en la puerta de Serengeti. Por Suso y Anabel

“Jambo… Karibu” por Suso y Anabel - Udare

“Hola… Bienvenido” estas dos palabras las escucharás en todos los rincones que vayas a visitar, acompañadas de una sincera sonrisa y de verdad te sentirás como en casa.

Después de viajar por numerosos países de distintos continentes y del norte de África, sentimos la “llamada de la selva”, el tener contacto con la fauna y la naturaleza.

La planificación

Para iniciar nuestra aventura africana entramos en la página de Udare y contactamos con Aitor por teléfono y nos dio una información detallada de los recorridos más recomendados para las fechas en que viajaríamos (primera quincena de noviembre) ya que había que tener en cuenta las migraciones que se producen en función de las lluvias. También nos informó de los trámites necesarios de visado de entrada, la necesidad de visitar centro de vacunación internacional para tener al día la prevención necesaria para el viaje, el contratar un seguro de asistencia o asesorarnos con los vuelos.

Tras tenerlo claro, le enviamos nuestra propuesta de viaje por correo a Gregory, que gestiona la agencia local de Udare, para visitar los Parques Nacionales Tarangire, Ngorongoro, Serengeti y Manyara con una extensión a Zanzíbar. Nos respondió rápidamente con la confirmación con el itinerario detallado, con los traslados, con los alojamientos seleccionados y con los plazos y los pagos a realizar. Hay que decir que todos los aspectos del viaje se cumplieron tal y como se describían en el itinerario de Udare y con puntualidad.

El safari

El aeropuerto de llegada es el de Kilimanjaro en las proximidades de Arusha, la ciudad de la que parten los safaris.

Nos alojamos en el Hotel Mvuli, sencillo, pero con un personal amabilísimo. Con un restaurante de cocina local muy sabrosa y con unos zumos naturales excelentes todo ello a precio económico.

Al día siguiente comenzaba el safari. Para ello ponen a tu disposición un guía en español y un conductor (gracias Ally y Kennedy), donde otras empresas solo tienen 1 persona por lo que la seguridad de la conducción por los caminos de los parques se resiente y hay avistamientos que se pierden.

Ambos excelentes profesionales con puntualidad, con un saber estar permanente dejándote tu espacio cuando era pertinente o estando pendiente de tus necesidades, sugiriendo y no imponiendo.

También si el presupuesto lo permite, el disfrutar del safari para 2 en el vehículo ayuda mucho a la hora de decidir donde parar, cuanto parar o pactar los horarios, etc.

De safari dentro del vehículo. Por Suso y Anabel

De safari dentro del vehículo. Por Suso y Anabel

El primer parque Tarangire te sorprende por su belleza, por la gran cantidad de fauna que hay en un área relativamente pequeña y por los inmensos árboles característicos de este parque, los baobabs. Alojamiento en Eileens Trees Inn en Karatu, correcto con habitaciones amplias con un bonito jardín y restaurante.

Elefantes en PN Tarangire. Por Suso y Anabel

Elefantes en PN Tarangire. Por Suso y Anabel

Baobab en PN Taragire. Por Suso y Anabel

Baobab en PN Taragire. Por Suso y Anabel

Al día siguiente Parque Nacional Ngorongoro, ese cráter de un volcán extinto con unas laderas de unos 600 metros de alto y de unos 20 km de diámetro, te sorprende desde su mirador y desde donde ya puedes ver diminutas figuras en movimiento y que hace que desees bajar a descubrirlos.

Parque Nacional Ngorongoro. Por Suso y Anabel

Parque Nacional Ngorongoro. Por Suso y Anabel

 

Jirafa en Crater de Ngorongoro. Por Suso y Anabel

Jirafa en Crater de Ngorongoro. Por Suso y Anabel

Aquí al final del día, aceptamos la sugerencia de Aitor de ir a dormir en el PN Serengeti al Tanzania Bush Camp donde comenzaríamos al día siguiente la visita de este parque. Un alojamiento en una tienda de lona con todas las comodidades en plena sabana rodeados de fauna (elefantes jirafas cebras, etc) pero con todas las medidas de seguridad y acompañados al oscurecer si salías de la tienda, por los masais encargados de la vigilancia.

Paisaje Parque Nacional Serengeti. Por Suso y Anabel

Paisaje Parque Nacional Serengeti. Por Suso y Anabel

Dos días de safari en el Serengeti en esa inabarcable extensión de sabana (“llanura sin fin” en swahili), donde podréis disfrutar de la fauna como en un documental, pero en directo sin que los vehículos alteren la normal actividad de los animales pudiendo ser testigos de escenas de caza, de cómo se alimentan los leones tras abatir la presa o la pelea de hienas y buitres por los restos del festín, o cómo se aparean una pareja de leones sin ningún rubor, como corretean gacelas, ñus y cebras o el lento y elegante movimiento de las jirafas o el pausado paseo de las manadas de elefantes, o el baño compartido de los hipopótamos en su olorosa ciénaga.

Leona en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

Leona en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

 

Leopardo en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

Leopardo en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

 

Hipopótamo en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

Hipopótamo en PN Serengeti. Por Suso y Anabel

Cantidad de escenas que te dejaran una huella imborrable en tu retina y que hacen que no desees que se acabe el recorrido por los polvorientos caminos del Serengeti.

El ultimo día al salir del Serengueti nos propuso nuestro guía una visita a un poblado masai, donde tras las danzas y cánticos de recibimiento nos mostraron su poblado, sus chozas y nos explicaron sus costumbres, aunque algo “turístico” nos sirvió para hacernos una idea de lo dura que es su vida como pastores desde edades muy tempranas.

Mujeres masai poblado Ngorongoro. Por Suso y Anabel

Mujeres masai poblado Ngorongoro. Por Suso y Anabel

 

Danza masai. Por Suso y Anabel

Danza masai. Por Suso y Anabel

El último día de safari decidimos sustituir la visita al PN Mayara por la visita guiada por Jose al pueblo de Mto Wa Mbu, que nos acompañó para enseñarnos la vida local su mercado, escuelas, las plantaciones de plátanos, mangos o arroz, los artesanos locales de pinturas o de artesanía de la madera, con una comida típica exquisita en una casa del pueblo y finalizando con la visita a la feria semanal de los masais, un acierto de tour para tener un acercamiento a la vida local.

Plantaneros en Mto Wa Mbu. Por Suso y Anabel

Plantaneros en Mto Wa Mbu. Por Suso y Anabel

 

Feria masai en Mto Wa Mbu. Por Suso y Anabel

Feria masai en Mto Wa Mbu. Por Suso y Anabel

Con pena finalizamos nuestro safari y tras hacer noche en Arusha volamos a Stone Town capital de Zanzibar, a la que dedicamos 1 día, suficiente para recorrer sus decadentes calles y que te trasladan a un antiguo pasado de mayor esplendor cuando se lucraban con el negocio del marfil y de los esclavos los propietarios de los numerosos palacetes, ahora rehabilitados en hoteles y finalizar el día en los Jardines de Forodhani observando la puesta de sol con los típicos dhows navegando en el horizonte.

Stone Town. Por Suso y Anabel

Stone Town. Por Suso y Anabel

Stone Town, dhow y puesta de sol. Por Suso y Anabel

Stone Town, dhow y puesta de sol. Por Suso y Anabel

Como final de viaje destino Nungwi en el norte de la isla, enclave turístico para disfrutar de la playa donde se mezclan los turistas con los masais que te ofrecen tours y la gente del pueblo reparando los barcos en la arena o las mujeres pescando en la playa.

También pudimos disfrutar del snorkel en la propia playa y en las aguas turquesas de las islas coralinas próximas de Tumbatu y Mnemba, culminando este inolvidable viaje.

Playa de Nungwi. Por Suso y Anabel

Playa de Nungwi. Por Suso y Anabel

 

Nungwi, Zanzibar. Por Suso y Anabel

Nungwi, Zanzibar. Por Suso y Anabel

Viaje recomendable para cualquiera que desee contacto con la naturaleza más salvaje, con un pequeño ánimo aventurero, pero que puede disfrutar cualquier persona a cualquier edad o familias con niños y con la garantía de seguridad que hemos sentido en todo momento.

Asante (gracias) a todos en Udare Safari por este sueño de viaje, deseando ahorrar y volver a viajar de nuevo con vosotros.