Safari Kamba
Desde 1.710$ por persona
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Paula y Jordi han finalizado su viaje por Tanzania y nos han enviado su experiencia, por si pudiera ser de ayuda para otros viajeros y viajeras.
«Hemos recorrido ya muchos países a lo largo y ancho del mundo, y, aunque siempre nos ha llamado la atención el África negra, teníamos nuestra deuda pendiente con ella. Por eso, decidimos celebrar nuestro 20 aniversario descubriendo un país apasionante: Tanzania. Dicen que África tiene algo que engancha, y no podemos estar más de acuerdo… No sabemos si son sus paisajes, su gente, su comida, su fauna, sus amaneceres y atardeceres… o todo en su conjunto, pero impresiona, te deja marcado de por vida.
Durante nuestro Safari, junto a nuestro guía Faustino y el conductor Nassari, recorrimos varios parques naturales, todos tan diferentes unos de otros y a cuál más impresionante.
El Tarangire, con sus enormes baobabs, manadas de elefantes y de leones, jirafas, cebras, ñus… las vistas son impresionantes y la primera toma de contacto con el mundo salvaje no podía haber sido mejor. Nos alojamos en el Eileen’s Trees Inn, precioso con sus jardines, plantas y flores de mil colores, cenando a la luz de las velas…
El cráter del Ngorongoro, con sus enormes contrastes entre lo alto del cráter, verde, frondoso, brumoso y húmedo, y el centro, con sus colores amarillentos y anaranjados, sus lagos dulce y salado, viendo búfalos, cebras, manadas de elefantes y ¡hasta rinocerontes! ¡Fuimos unos afortunados de poder ver los big five! El Rhino Lodge es increíble, perdido entre los bosques y la niebla, al calor de la chimenea en la sala común y de nuestra habitación.
El Serengeti o “Llanura sin Fin” no puede dejar indiferente a nadie y no puede llevar mejor su nombre: la inmensidad de este valle te hace sentir como un grano de arena entre todo lo que te rodea, el polvo de los caminos y el calor te dan más energía y ganas de seguir viendo y buscando animales y te sientes privilegiado por poder ver y vivir esta experiencia. Jirafas, leopardos, hipopótamos, hienas, guepardos, leones, cocodrilos… Dormir en el Ikoma Safari Camp te hace sentirte libre y vivo, poder disfrutar del atardecer desde la terraza, oír los animales junto a la cabaña, amanecer con el canto de los pájaros…
Decidimos visitar el último día el Mto Wa Mbu y lago Manyara, para conocer más de cerca la vida local de la zona: su artesanía, sus cultivos de arroz o de banana, sus iglesias, colegios… La amabilidad de su gente, las miradas grandes y alegres de los niños no podían haber sido mejor elección para finalizar nuestro viaje por Tanzania y ¡volar hacia Zanzíbar para descansar!»
Muchas gracias pareja!!